Enrique Manzur

Incentivos para el mejoramiento de la Educación

Por: Enrique Manzur | Publicado: Viernes 3 de diciembre de 2010 a las 09:52 hrs.
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Los más de 280 mil estudiantes que rendirán la PSU el próximo 13 y 14 de diciembre, deberán incorporar nueva información en su proceso de elección de carrera. De acuerdo a la propuesta del Ministerio de Educación los alumnos que obtengan sobre 600 puntos y que opten por la Carrera Pedagogía podrán estudiar completamente becados, quienes obtengan entre 700 y 720 puntos sumarán al beneficio anterior una mensualidad de $ 80.000, y aquellos que superen los 720 puntos se les adicionará el cursar un semestre fuera del país.

Con dichas medidas se busca atraer a buenos alumnos a las Carreras de Pedagogía, lo que es sumamente necesario, considerando que hoy sólo alrededor de un 20% de los matriculados supera los 600 puntos en la PSU. Lo anterior, se hace aún más relevante si se considera que en la prueba Inicia, que evaluó a más de 3.000 egresados de Pedagogía, se observó una alta correlación entre el desempeño en la prueba y el puntaje obtenido en la PSU. Aquellos con menos de 475 puntos sólo obtuvieron un 47% de respuestas correctas, mientras que quienes tenían más de 550 puntos tuvieron alrededor de 70% de respuestas correctas.

Para ver el posible efecto que podrían tener estos incentivos es necesario entender quiénes son sus destinatarios. Los jóvenes que hoy rinden la PSU son parte de la generación Y, que debe su nombre a la similitud entre la pronunciación de esta letra en inglés y la palabra why, resaltando su actitud cuestionadora. Esta generación se caracteriza entre otros múltiples aspectos, por su conciencia social y la búsqueda de un equilibrio entre su vida personal y laboral. Por ello, es muy probable que lo que los hará mantenerse en un trabajo, más que un buen sueldo, es lo enriquecedor y desafiante que este le resulte. En este sentido, sería conveniente adicionar a los beneficios económicos otros incentivos intangibles que pueden incluso apelar de mejor manera a estos jóvenes. Por ejemplo, lograr instaurar la convicción de que trabajar en educación no es sólo un empleo, sino que la posibilidad real de ser parte de un proyecto país encaminado a superar la pobreza, reducir la inequidad y mejorar la calidad de vida de todos los chilenos.

Un interesante estudio analizó la respuesta de un grupo de estudiantes frente a distintos tipos de incentivos para realizar una determinada tarea. Al primer grupo se le entregaron 5 dólares y las instrucciones necesarias para realizar la labor requerida. El grupo dos recibió un dólar y las mismas instrucciones, por último el tercer grupo no recibió un pago monetario sino que simplemente se le solicitó la colaboración como un favor. En concordancia con las normas de mercado, quienes recibieron los US$ 5 realizaron un mayor esfuerzo en la tarea que aquellos que recibieron un dólar. Lo sorprendente es que a quienes sólo se les encomendó la tarea como un favor, dedicaron un mayor esfuerzo en comparación a quienes recibieron un pago monetario por ello. Lo anterior, evidencia de que en ciertas ocasiones el dinero es la forma más cara de motivar a la gente y que, por el contrario, el compromiso y lealtad de identificarse con una causa y el sentido de misión son fuerzas que efectivamente pueden marcar la diferencia a largo plazo. Certifica.com

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